Tu silueta

 


Era el aroma a rosas de tu perfume,

Ver tu silueta perfecta,

Dejándome siempre en vela

Y ese sabor de labios a dulce néctar.

Provocabas mareas y diluvios,

Te volvías eterna,

Cuando bailabas bajo las estrellas.


Me arrancabas suspiros

Y estaba tan inmerso en tus caderas.

Tu silueta era un poema,

Escrito de versos delicados,

De versos apasionados.

Una musa como aquellas del pasado,

Las que pintaban en retratos.


Mujer que roba mis sueños,

Que me secuestra el pensamiento;

Con ojos llameantes,

Brillando cual diamantes.

Tu silueta cautivante;

Eras infinita, gloriosa y dominante.

Me quedaba en silencio, solo para admirarte.


¡Ay mujer! Que suerte la mía por encontrarte,

Por verte caminar,

Sin que te importe nada más;

Solamente vas en tu andar,

Dejando hombres como yo detrás;

Hombres enajenados,

Sin palabras en su diccionario;

Hombres presas de tus dominios,

Amantes no correspondidos.


Era esa mueca traviesa,

Esas piernas tan bellas,

Era tu alma mi droga predilecta,

Tu silueta tan ígnea.

Yo era un hombre en condena

Y fui salvado por tu presencia.


José Javier F. G.

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