El tiempo no es aliado de la espera,
Avanza sin demora y nunca voltea.
El tiempo es cruel aunque uno lo quiera,
Porque es indiferente a quien sea.
El tiempo te arrastra, te mata y te envenena,
No es por placer, así es su naturaleza.
El tiempo no ayuda, lentamente te quema,
Te va estrujando hasta que de ti nada queda.
El tiempo te tortura y te encadena a la
condena,
Te hace prisionero y te mira desde afuera de tu
celda.
El tiempo aumenta el dolor de la ausencia,
Porque no hay nada peor que morir de pena.
El tiempo impera sobre todos y de él nadie se esconde.
Es mi tiempo una realidad que me enferma,
Un dolor que acompaña fielmente mi sentencia.
José Javier F. G.
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