Miel y rosas
Y tu cadera me sonroja.
Cual viento matinal
Y el aroma a flores que despojas.
Llevas una mirada cautiva;
Va hurgando en mi alma
Y se lleva mi vida.
Tú ni siquiera lo notas,
Pero la voluntad ya no es mía.
Y entonces caigo con desenfreno,
Doy de golpe contra el viento,
Tu piel se vuelve mi sustento,
A veces incluso, voy perdiendo el conocimiento.
Miel y rosas
Y la forma en que esa sonrisa esbozas.
Ladrona. Encantadora. Bella conspiradora.
Este amor arde con el leño de tu persona.
Es tu exquisita forma,
Tus mejillas rojas.
Son tus piernas provocadoras,
Tu manera de caminar la que me desmorona.
Audaz. Infranqueable. Cautivante.
Un milagro andante.
Miel y rosas
Y dueña de lo que tomas,
Como a este hombre,
Sin nada más que algunos versos,
Escritos en tu nombre.
José Javier F. G.
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