Estoy sentado viendo a las personas a mí alrededor.
Tengo mi cigarrillo en mano y ahora busco mi
encendedor.
Escucho melodías que me hagan sentir mejor.
Tal vez nadie nota a una silueta sin esplendor.
Cada inhalación me recuerda lo mal que estoy,
Pero también parece que hace más ameno el
dolor.
Con cada segundo se consume y me daña el
pulmón.
Ya se que aquí no pertenezco yo;
Ya se que soy extraño y en ningún lugar encajo.
Pero me gusta observar desde este pequeño
rincón.
Termine mi cigarrillo y todavía me invade el
temor.
Prenderé otro, haber si este si me calienta del
frío atroz.
- José Javier F. G.
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