Si escribir fuera una adicción,
Constantemente me envenenaría con ello;
Cada palabra me volvería adicto
Y sería preso de cada escrito.
Sostengo la pluma,
Al igual que un cigarrillo;
Pienso que el humo es menos dañino,
Porque escribir saca lo que yace dentro,
Escondido demasiado profundo.
Se drena todo en tinta negra,
Es fácil para un hombre en pena.
Me salva a veces de la condena,
Aunque mientras tanto duela.
Escribir, algunas veces cuesta;
No nos damos cuenta,
Pero nuestra alma grita por clemencia.
Incluso los grandes poetas,
En algunos de sus versos se quiebran
Y nos mutilamos con una pluma
Y tinta de nuestras venas.
José Javier F. G.
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