Cielo Nocturno

 


El cielo nocturno me arruga el corazón,

Con un susurro fugaz,

Va cayendo de uno en uno,

Mis anhelos de paz.


En este cielo nocturno,

Los colores se van,

Se hace eterna la soledad

Y me acribillan con una estaca mortal.

Nadie me busca afuera, 

Por eso me quedo a la espera,

De que mi tiempo termine ya.


Bajo el cielo nocturno,

Escribió sin descansar,

Palabras de un hombre,

Con una espada en la yugular,

Tendido sin vida,

Sin esperanzas de ver un cielo brillar.


Al mirar el cielo nocturno,

Me hace recordar,

La calma que sentía,

Pues mi alma no tenía heridas,

Estaba llena de vida.


Las luces del cielo nocturno,

Me hacen pensar,

Que un día el fuego volverá,

Tal vez sea hora de caminar,

De la mirada por fin levantar;

Más sin embargo,

Es más fácil hablar,

Decir que puedo regresar

Y que mi vida puedo recuperar.


Este cielo nocturno,

Me acompaña a donde sea que vaya,

Aunque nunca me deja descansar,

Siempre tiene algo para contar;

Siempre dispuesto a escuchar;

Mis llantos, mis penas, mis mierdas

Y todo eso que me enferma.


Mi cielo nocturno,

Es mío y de nadie más,

Siempre me observa cada noche fumar.

Sin reproche, 

Solo me cubre con su velo

Y me espanta mis sueños;

Cuida de mi corazón maltrecho, 

Para él soy alguien especial.


José Javier F. G.

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